
Doña Arminda viste pollera verde loro y luce, elegante, un chal fucsia furioso. Esos colores delinean un verdadero ejército de mujeres, detrás de las cuales esperan los "ponchos rojos", con chicote (rebenque símbolo de autoridad) y traje de día de fiesta bajo el poncho. Son la guardia de Honor del presidente Evo Morales, quien ayer fue posesionado como guía espiritual de los indígenas de América en las ruinas de Tiwanaku, donde el viento helado se turna, sin solución de continuidad, con el abrasador sol del Altiplano, a más de 4.000 metros de altura.
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